La naturaleza es imprevisible, unas veces no te concede nada y otras te da verdaderas sorpresas…
Buscando otra cosa, con la suerte de llevar la cámara, el día me regaló un encuentro con la culebra más grande e imponente de la península ibérica: la culebra de Montpellier (Malpolon monspessulanus), o “Bastarda“, que puede llegar a medir 2,5 m y engullir presas del tamaño de un conejo.
Aunque venenosa, no es peligrosa para el hombre ya que su veneno por un lado tiene baja toxicidad y por otro lo inocula con la parte posterior de su boca (opistoglifa), con lo que se hace difícil en una mordedura rápida fortuita.
Con todo y con eso, su tamaño, su porte, su actitud agresiva si se la molesta y una mirada feroz hacen del encuentro con ella una experiencia inolvidable…