Dicen que los fotógrafos llevan un dibujante frustrado dentro. En mi caso algo hay, de niño me pasaba el tiempo dibujando cualquier cosa, sobre todo animales…

Ahora es una alegría inmensa cuando los niños me hacen llegar sus dibujos, inspirados por mi libro. Es algo que nunca me hubiera imaginado, pero que desde luego me emociona. Saber que algo en las fotografías y las historias que les cuento ha podido fascinarles hasta el punto de hacer un dibujo con ellas… es precioso. Ellos no lo saben, pero nos hemos hecho un regalo mutuo para toda la vida.

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Vega, 7 años. ¡Gracias!

Sonia (@sonyacrespo) a petición de su hija Valeria, con mucho talento… ¡¡me encantan!!

 

 

Adrián de 9 años me envía esto también:

 

Gabi, de solo 7 años…   ¡apunta muy muy alto como dibujante! :

No recuerdo el nombre de la niña que me hizo este regalo, pero fue precioso. Al terminar una de las charlas, se levantó y vino hacia mí con el papel en la mano… y bueno, ella no lo sabe pero es de los regalos más bonitos que me han hecho 😉