En 2022 Yada tuvo a su segunda camada, 8 preciosos cachorros que fueron bautizados con la letra “A”.

Uno de ellos fue AURA, una preciosa perrita muy inquieta y con un nombre muy bien puesto, pues… terminaríamos sabiendo que tiene un aura muy especial…

Igual que su familia de adopción, Ruth, Carla y Leyre, quienes le han dado todo su cariño y amor, indispensables en su desarrollo emocional en la primera etapa de su vida, antes del adiestramiento.

Como dice Pedro, adiestrador de la Fundación Once del Perro Guía, el perro será como el pedal del freno, y es indispensable que tenga obediencia máxima así como respeto por el usuario… y es a lo que se entregan en cuerpo y alma durante las dos semanas de acoplamiento perro-usuario.

Es muy emocionante comprobar en los ejercicios cómo camina guiando a la persona, cómo marca los bordillos y se para ante los obstáculos… un increíble trabajo en equipo que hace posible que un animal sea mucho más que una mascota de compañía…

Y como la memoria de los perros es secuencial, siempre reconocerá a quienes fueron su familia o compartieron etapas de su vida con ellos… ¡con el contexto incluido! Así que… ¡a jugar con mi antigua familia!

En el momento de escribir estas líneas (mayo 2024), Aura entra a formar parte de la vida de Sara, una fisioterapeuta de Madrid, que a partir de ahora tiene una nueva compañera y guía. El destino (o el aura), ha querido que este cachorro esté con ella, cuando pasó su infancia en los pasillos de la facultad de Fisioterapia en Madrid, de la mano de Carla.

Enhorabuena a todos los que han formado parte de este pequeño milagro, el personal de la FOPG con Pedro a la cabeza, Ruth y su maravillosa familia con vocación total de ayudar a los demás… a Sara por su tenacidad y su espíritu de superación y… cómo no, a la gran YADA por su inmensa aportación como madre con su gran temperamento y alucinante genética 🙂