Eslovenia: el país-bosque de aguas turquesa

Eslovenia: el país-bosque de aguas turquesa

Más de la mitad Eslovenia es un bosque, en concreto, el 60% de su territorio. Los Alpes lo custodian por el norte, y multitud de ríos y lagos de aguas turquesa  lo recorren, haciendo que la vista sea siempre una delicia.

Eslovenia comparte con Eslovaquia la misma raíz lingüística que nos habla de las gentes que lo conforman: los eslavos. Son pueblos y etnias de diferentes orígenes del este de Europa (en su etimología más profunda, la palabra proviene en realidad de “esclavos”, ya que era así como el imperio romano los utilizaba, y de ahí ha llegado a nuestros días).

Quizá deberían actualizar el nombre y autodenominarse algo así como “Forestalia“, que le iría mucho mejor sin duda…

La bandera de Eslovenia conserva los colores de la antigua Yugoslavia (yug= sur, slavia= eslavos; eslavos del sur), pero cuando se independizó en 1.991 (como preámbulo a la guerra de los balcanes), adoptó su propio escudo de armas, que simboliza el Triglav (su pico alpino más alto), surcado por ondas que representan sus ríos y el mar Adriático. Las tres estrellitas amarillas fueron tomadas de la casa nobiliaria de los condes de Celje.

Así pues, recorrer Eslovenia es adentrarse en diferentes tipos de bosque siempre verde. Desde las coníferas en sus partes más altas hasta los bosques de hayas, robles o mixtos con su denso sotobosque y especies como sauces y alisos en sus zonas más inundables.

Lo que sin duda es la seña de identidad es el color azul turquesa transparente de sus aguas. El río Soca (aguas rápidas) es un buen ejemplo de ello. Su increíble color es fruto de la combinación de su origen glaciar proveniente de las aguas subterráneas de los Alpes Julianos, así como la composición de las rocas de dolomita y mármol de su cauce. La pureza y baja concentración de sedimentos del río permiten también que la luz penetre profundamente en el agua y se refleje en las partículas de minerales suspendidas, dando como resultado ese color turquesa.

El bosque esloveno da cobijo a numerosos animales, entre los que destaca el oso pardo, con la mayor densidad de individuos de toda Europa, con una población se estima en 1.000 ejemplares (Rumanía cuenta con 6-7mil ejemplares  la pero con menor densidad). Los osos eslovenos se han utilizado en la recuperación del oso pardo en España, donde se  estiman  en unos 400, repartidos entre la cordillera cantábrica y Pirineos.

©Ignacio Garoz

©Ignacio Garoz

Pero en estos bosques no solo habita el oso pardo, muchos otros animales se dejan ver de cuando en cuando…

En Eslovenia, mires donde mires, siempre hay alguna montaña a la vista enmarcando el paisaje, haciéndote sentir como en un capítulo de Heidi.

Lo mismo con las cascadas, ríos, saltos de agua...

En definitiva, un lugar donde la magia puede estar a la vuelta de la esquina, en el próximo minuto…

…de eso va la fotografía para mí, esté donde esté: buscando magia

 

 

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