“La narcosis en buceo consiste en que la conciencia del buceador con botella de gas con nitrógeno se ve alterada por la alta solubilidad de este gas con el agua. El efecto producido es parecido a una borrachera. proceso que puede aparecer a cualquier profundidad, aunque, cuanto más bajas, más se nota. Por desgracia, no hay un remedio infalible para evitar sufrir la narcosis. Es un proceso que altera la conciencia que aparece cuando “quiere” y no hay nada definitivo para prevenirlo.”.

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No soy experto en buceo, de hecho, estoy empezando. Pero desde aquí me gustaría reivindicar un nuevo tipo de narcosis.

En mi primera inmersión con botella en mar abierto he alcanzado ese estado de felicidad próximo a la borrachera, pero de manera consciente y deliberada. Esa punzada que provoca que tu cuerpo se vuelva de repente dos tallas más pequeño que tu corazón, que busca hacerse hueco en tu garganta y acaba por empañarte un poco los ojos (sí, incluso bajo el agua).

Ese momento te hace cerrar los ojos, volar, disfrutar solo del momento. Sin móviles, sin ruido, sin nada que te distraiga de lo importante: la conexión contigo mismo y con lo que te rodea, y una profunda sensación de agradecimiento.

Te dejas llevar, sonríes y eres consciente de tu buena estrella.

Es lo que yo llamo, un “recuerdo futuro“, la intuición de que estás viviendo algo que te acaba de dejar una marca que recordarás para siempre. Ahora que lo pienso, voy a llamar a esto “NRF” (Narcosis por Recuerdo Futuro).

Una vez alguien me dijo que si recordamos alguno de los NRF´s de nuestra vida, normalmente es imposible separarlos de alguna otra persona, la que nos acompañaba en esos momentos. En mi caso, de Marta y Raúl, lo instructores que hacen que tu inmersión sea tranquila, y cuya misión no es tanto ayudarte a bucear, sino sobre todo, a disfrutar al máximo de una de las experiencias de tu vida.

¡GRACIAS!

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