Y escuché mi corazón latiendo nieve,
flotando en un mundo que se había vuelto blanco.
Y me adentré en un bosque nuevo.
Y sus largos y nudosos brazos me acogieron.
Y a cada paso alfombrado de hielo,
otro mundo me envolvía.
Sin sonido y sin atmósfera.
Sin tiempo.
Y escuché mi corazón latiendo nieve.
Y juntos flotamos en un aire blanco.
Y no sentí frio.