Cai

Cai

Cádiz, Gades, Gadir. Cai.

La punta sur de España, el viento, la playa, el chiringuito.

Azul mar y amarillo sol. Mágico González. Caballos. Jerez. El cachondeo.

Y nadie diría que Cádiz ofrece todo un catálogo de tesoros naturales, alguno de ellos únicos e inesperados.

En Cádiz está el punto donde más llueve de toda España (Grazalema). Y junto a esta sierra, se encuentran los últimos bosques relícticos de laurisilva de la península, en el Parque Natural de los Alcornocales, un vergel más propio de las selvas ecuatoriales que de España. Es el Bosque de Nieblas, donde puedes verte inmerso en un cuento de hadas…

 

El Estrecho. Separación entre dos continentes, un cruce de corrientes y de energías donde peregrinan grandes cetáceos en busca del atún de almadraba. Una maravilla natural llena de vida. El Parque Natural del Estrecho, donde miles de aves migratorias pasan cada año a sus cuarteles de invierno en África, donde grupos de cetáceos cruzan del atlántico al mare nostrum. Guardianes del Estrecho.

Monarca, reina de las mariposas.  Una de las mariposas más espectaculares del mundo, por su tamaño, coloración y comportamiento. En Estados Unidos y Canadá, emprenden en grandes concentraciones un increíble viaje migratorio hasta México.

España alberga las únicas poblaciones europeas de la Monarca, en concreto en Cádiz, en el Parque Natural de los Alcornocales y el Parque Natural del Estrecho. Sin embargo, a diferencia de sus parientes norteamericanas, la variedad andaluza no emigra (¿quién en su sano juicio querría irse de aquí?).

Se puede disfrutar de sus alas naranjas recorriendo el sendero de la mariposa monarca.

Otro pequeño tesoro aguarda en las serranías de Cádiz: la Drosophyllum lusitanicum, una de las diez especies de plantas carnívoras que pueden verse en España, quizá la más representativa y de las más bellas.

Tan pequeña que pasa desapercibida… pero si tienes la suerte de encontrarla y te acercas lo suficiente, entenderás por qué tantos insectos acaban perdiendo la cabeza por la última golosina que disfrutarán…

 

Duna de Bolonia. Una de las dunas más espectaculares de Europa, y de las pocas que hacen juego con la playa 😉 Con sus 30 metros de altura y rodeada de bosques y matorral, es un enclave precioso que disfrutar, sobre todo al atardecer… Junto a ella se encuentran las ruinas de Baelo Claudia, una factoría de pescado de la antigua Roma, desde donde se exportaba el “caviar” de la época, que hacía las delicias en los banquetes de los ricos patricios: el garum, hecho a base de tripas de pescado fermentadas (como diría un famoso galo: “están locos estos romanos…”).

Si consideramos el Peñón como casi casi gaditano (o al menos vecino íntimo), entonces podemos estar contentos de que tengamos los únicos primates de toda Europa: la mona de Gibraltar, o macaco de Berbería.

Aunque se ha convertido en una atracción turística, sus grupos familiares son salvajes (más de lo que nos pensamos), y junto al hombre, es el único “mono” que vive en libertad en el continente. Algo más de 300 ejemplares viven a sus anchas como mascota “no oficial” de Gibraltar, en estructuras matriarcales muy jerarquizadas.

Camaleón. Éste pequeño duende de la arena y la retama se me resiste. Hace tiempo que cruzó el estrecho y se instaló en varios puntos del sur de Andalucía, como aquí. Por el momento, solo sé que he estado cerca… tendré que seguir su rastro más tiempo…

 

Quizá no le veo porque se ha ido “de cachondeo“… 😉  (¿de dónde viene esa palabra?)

Desde Cádiz, con amor…

“Cai por la madruga
Como me huele a sal mi Cai
Eh pa nosotros dos
Tengo a mi Cai con perdón
Y a de los que se preguntan
Qué es lo que tiene ese rincón”

Yo creo que la Niña Pastori no se refería a los bosques, pero bueno, las canciones acaban siendo un poco de todos y cada uno se imagina lo que quiere 😉

 

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