El pájaro invisible

El pájaro invisible

Imagina un pokemon mezcla de golondrina y lechuza. ¿Lo tienes? Ahora… ¿cómo lo llamarías?

Te doy más pistas por si te inspira. Este pájaro es nocturno y se alimenta solo de mosquitos y polillas, que caza al vuelo con su enorme boca. Su vuelo es silencioso, ingrávido, como si flotara suspendido por un hilo de nylon que al tensarse, hiciera que sus largas algas se plegaran, como uno de esos recortables o una de esas figuras de madera que se montan por piezas.

Por el día, nuestro amigo se esconde… pero no lo hace en un nido en lo alto de un árbol, o en un acantilado entre unas rocas, no… lo hace a la vista de todo el mundo: en el suelo. Su plumaje críptico hace que se confunda con la hojarasca, de tal manera que casi podrías pisarle antes de que levante el vuelo… los ojos cerrados, o abiertos apenas una rendija, complementan el disfraz de suelo_de_bosque.

¿Tienes ya un nombre? Pues bórralo… nunca adivinarías el que ya tiene de verdad: CHOTACABRAS.

¿Chota-quéee?

Si te alimentaras de moscas, mosquitos, e insectos en general… ¿cuál sería un buen lugar para vivir? Cerca de los rebaños de cabras, donde abundan los insectos. Así, los humanos que lo observaron desde la antigüedad, pensaron que se alimentaba de ellas, ¡que las ordeñaba!

“Chotar”, en castellano antiguo, significa “chupar”, “mamar”. Incluso su nombre científico en latín “caprimulgus” significa literalmente “ordeña-cabras”. Esta creencia se refleja también en otros idiomas, con la excepción del francés: “engoulevent“,  que significaría algo así como “traga-viento”, aludiendo a su enorme boca cuando vuela para atrapar insectos (¡me encanta este nombre!).

Para redondear lo rocambolesco de esta singular ave, su canto en las noches de verano suena como una alarma averiada de un local comercial a pie de calle: nunca dirías que se trata de un pájaro.

En cualquier caso, ver su silueta recortada contra el cielo nocturno es una estampa casi fantasmagórica, pero tremendamente bella.  Y si tienes la suerte de verlo posado en el suelo y no le molestas, podrás acercarte a una distancia prudente… ¡si es que consigues distinguirlo del suelo!   

Yo tuve esa suerte… encontré un chota cerca de casa y le hice seguimiento durante todo el verano… y la perseverancia esta vez tuvo sus frutos, nunca mejor dicho… 🙂

 

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