Pues ya estaría.
Eso es lo primero que pensé cuando una niña de 7 años de la clase lo dijo en voz alta al terminar el taller. “Profe, de mayor quiero ser como tú”. Y no por mi ego (vale, que también un poquito ;), sino porque sé que esa niña de mayor va a tener como mínimo respeto por los animales y la naturaleza, gracias en parte a la charla de hoy, en la que yo he tratado de que se maraville con los tesoros que nos rodean.
En mis charlas, siempre intento transmitir una cosa: el planeta no es solo nuestro, lo compartimos con otros seres que tienen el mismo derecho que nosotros a existir, libres. Y para eso no hay que irse a África a buscar leones; podemos hacerlo en cualquiera de nuestros parques con un simple herrerillo.
Tenemos la suerte de vivir en el país con la mayor biodiversidad de Europa. No en vano, miles de turistas de naturaleza vienen a España cada año a ver y fotografiar nuestra fauna, con grandes joyas como el oso pardo, el lobo, el lince, el águila real… o pequeños tesoros como el halcón, el herrerillo, la nutria, el castor, o la mariposa Isabel.
Como fotógrafo, he podido disfrutar de muchos de estos animales en completa libertad, en sus hábitats. En días como este me doy cuenta de que las fotografías solo eran una parte del camino, y que lo importante no era tanto poder enseñarlas a los demás sino poder transmitir las experiencias vividas y la profunda huella que ha dejado en mí cada cruce de miradas con un animal salvaje a través del visor de mi cámara.
Ya estaría, sí… pero creo que aún me esperan muchos más cruces de miradas y muchos más niños y niñas como la que quería ser como yo…
😀
Aquí puedes leer la reseña de mi taller de la “Escuela de Guardianes” en el colegio Joan Miró.