Álbum con Saal Digital

Álbum con Saal Digital

Hace mucho tiempo, hacíamos pocas fotografías, todas ellas en papel y acababan en el cajón de los “carretes revelados”. Con la llegada del mundo digital hicimos muchas más fotografías, pero perdimos el papel, la sensación de verlas y tenerlas en las manos. Cientos de miles de fotos se guardan ahora en nuestros discos duros. Las mejores, las que más nos gustan, las ponemos en galerías webs, o las llevamos a mano en nuestro móvil. Las miramos y remiramos, pero siempre a través de una pantalla, que tan pronto ilumina los píxeles adecuados para formar una imagen, como para formar las letras de un documento de doscientas páginas… o para desaparecer y desvanecerse en la nada cuando pulsamos el botón de off.

Pensé que podría ser bonito tener en la mano las fotografías de uno de mis propios proyectos, muy querido para mí, que me llevó un año de preparativos y realización. Ya había hecho algún álbum con Saal Digital, pero ahora quería probarlo “en mis carnes”, con un proyecto personal. Preparé las fotos, maqueté el álbum a través de la aplicación y realicé el pedido, esperando que me lo trajeran pronto. Éstas fueron mis sensaciones durante todo el proceso…

 

  • PREPARACIÓN

En primer lugar hay que preparar las fotografías, lo que suele ser la parte más tediosa del proceso. Normalmente serán fotografías que ya has ido procesando a lo largo del tiempo y esta fase debería ser sólo una mera recopilación… o esa es la teoría. Toca repasar tamaño y calidad y de paso no está mal controlar sobre todo las sombras que pueden empastarse en la impresión, al expandirse la tinta en la superficie del papel.

 

Una buena preparación del material te asegura una parte importante del éxito de la impresión. Ni que decir tiene la importancia del calibrado del monitor… y la salida en máxima calidad de las fotos. El sistema de edición de Saal tiene un avisador de la calidad de las fotografías, en la misma plantilla de maquetación. He comprobado que a partir de 2000 px de lado mayor ya te la da por “muy buena”, pero aún así yo las subo a la máxima resolución que da mi cámara en 5472×3468 px.

 

  • ELABORACIÓN Y DISEÑO

El sistema no puede ser más intuitivo, te descargas una aplicación y maquetas las fotos en las páginas, bien a tu aire, bien bajo plantillas. Las fotos se van recolocando solas a medida que las arrastras, y los espacios se reajustan… es como un juego. Si quieres que te quede bien, lógicamente tienes que echarle rato pero no es complicado. A tener en cuenta sobre todo que el pliegue central no corte partes importantes de las fotos, como los ojos. Durante la maquetación, el sistema te avisa también de la calidad de las fotos para la impresión, lo cual se agradece.

 

  • REALIZACIÓN DEL PEDIDO

Una vez tienes la maqueta preparada, solo falta elegir las cubiertas de entre las muchas opciones (a mejor acabado, más caro, obviamente). Tipo, grosor, color, textura… y a pasar por caja previo rellenado de tus datos postales para la recepción. Sistema típico sin sobresaltos.

 

  • EL PRODUCTO: UNBOXING

El álbum viene embalado directamente a prueba de bombas, casi cuesta abrirlo… 😉 cartón por fuera, espuma por dentro, más envoltorios… bien, cuesta pero es mejor así.

En mi caso había pedido una caja de cuero negro, donde viene perfectamente amoldado el álbum. Suelo pedir tapas de tela acolchada en tonos pastel, para las comuniones, pero en esta ocasión quería algo más especial y lo pedí de cuero negro y tapa de metacrilato, con una foto de portada. El resultado es completamente espectacular!

Las páginas interiores las pedí en papel fotográfico mate (me parece más elegante que el brillo), y el grosor de las mismas hace que el álbum tenga más consistencia y pasar las fotos y verlas sea un lujo… además de que son imposibles de arrugar.

La calidad de impresión es muy muy buena, aunque como siempre, el resultado dependerá mucho de la calidad de la imagen en sí misma.

 

  • CONCLUSIONES

Lo más complicado del proceso sin duda es la propia selección y edición de las fotografías. El maquetado una vez empiezas es adictivo y lo terminas rápido. Se puede decir que una vez tienes todo el material seleccionado, en 2 semanas, puedes recibir tu pedido en casa tranquilamente. Por cierto, una vez tuve un problema en la impresión (solo una vez), y directamente me repitieron el pedido, atención inmejorable porque nadie está libre de fallos, lo importante es cómo reaccionamos ante ellos 😉

En resumen: lo recomiendo altamente para fotógrafos o para aficionados que quieran tener sus recuerdos en la mano. En este mundo digital en que nos hemos instalado definitivamente, hacemos más fotos que antes, pero tenerlas físicamente supone un plus, ya que en pantalla no es lo mismo y además al final no las ves tanto. Yo tengo las fotos en mi web en una entrada del blog, pero de vez en cuando me siento con el álbum y me pongo a mirar las fotos, a tocar las páginas, por el puro placer de hacerlo… por suerte seguimos siendo “animales sintientes”, y la experiencia de ver y tocar aún está a años luz de lo que puede ofrecernos una pantalla.

Gracias SaalDigital por la calidad y la atención.

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